En una noche inolvidable en el Estadio Único Madre de Ciudades de Santiago del Estero, Platense derrotó 1 a 0 a Huracán y se coronó campeón del Torneo Apertura, logrando así el primer título de su historia en la máxima categoría del fútbol argentino.

El gol que definió la gran final fue una verdadera obra de arte. A los 28 minutos del segundo tiempo, Guido Mainero capturó un rebote fuera del área y, de zurda, conectó una volea espectacular que se clavó en el ángulo del arco defendido por el “Globo”.

El equipo dirigido por Favio Orsi y Sergio Gómez selló una campaña histórica que quedará grabada en la memoria de sus hinchas. Platense no solo logró superar a sus rivales con fútbol, sino también con carácter y personalidad, especialmente en los momentos decisivos.

El camino del campeón

La consagración de Platense tuvo tintes épicos. Clasificó a los playoffs como sexto en la Zona A, lo que lo obligó a disputar todos sus partidos mano a mano en condición de visitante. Pero el equipo no se achicó: primero eliminó a Racing con un ajustado 1-0 en el Cilindro de Avellaneda; luego superó a River por penales en el Monumental tras empatar en tiempo reglamentario; y en semifinales venció a San Lorenzo por la mínima en el Nuevo Gasómetro.

En la gran final, ante un Huracán que llegaba como favorito, Platense supo imponer su juego, defendió con solidez y golpeó en el momento justo. El título es el premio a un equipo que se mantuvo unido, sólido y convencido de su estilo durante toda la campaña.