Tal y como estaba previsto, esta tarde se llevó a cabo la primera votación, aunque los cardenales electores no llegaron a una definición. Así se lo hicieron saber a la multitud que se congregó en plaza San Pedro a través de la fumata negra que emanó desde la chimenea de la capilla. Por lo tanto, la deliberación del cónclave continuará este jueves. Habrá dos votaciones por la mañana y otras dos por la noche, mecánica que se mantendrá hasta que se designe al sucesor de Francisco y haya fumata blanca.

Como indica la tradición, los purpurados anunciarán el resultado con el color del humo de sus papeletas quemadas (y usando químicos) a través de una chimenea instalada en el tejado de la Sixtina: blanco es que habrá acuerdo; negro, que el cónclave continuará.

El nuevo pontífice deberá reunir al menos 89 votos, dos tercios de los 133 electores totales.

Los purpurados saldrán de la Capilla Sixtina para cenar y dormir, pero siempre dentro del territorio vaticano, menos de medio kilómetro cuadrado en el centro de Roma, pues tienen prohibido abandonarlo o comunicarse con el exterior so pena de excomunión.

Cardenales y votación

Los cardenales electores pertenecen a 70 países de todos los continentes y se trata de la elección más numerosa y diversa de la historia de la Iglesia católica.

El quórum requerido es de dos tercios de los cardenales presentes, lo que en esta ocasión representa 89 votos. La jornada comenzó a las 10 (hora romana) con la misa Pro eligendo Pontifice, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re. A las 16.20, los cardenales marcharon en procesión hacia la Capilla Sixtina y realizaron el juramento bajo el tradicional “extra omnes”.