La muerte de José Mujica fue anunciada por el presidente uruguayo Yamandú Orsi. Desde hacía tiempo, el ex presidente (2010-2015), popularmente conocido como “el más pobre del mundo”, decía que era parte de una generación que se está yendo. Pero en abril del año pasado ese comentario dejó de ser un lugar común de un veterano sabio para convertirse en una realidad probable.
“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”, informó Orsi.
Hace un tiempo, Mujica llamó de forma sorpresiva a una conferencia de prensa para anunciar él mismo que tenía cáncer de esófago. Después de eso vinieron 32 sesiones de radioterapia, la desaparición de los indicios del tumor y una dolorosa recuperación con varias internaciones por los problemas para alimentarse que sufrió el histórico dirigente de la izquierda.
En enero de 2025 en una entrevista informó que su cáncer había hecho metástasis y dejó un mensaje de despedida a la población. “Hasta acá llegué”, dijo, y pidió que lo dejaran tranquilo, que no le solicitaran más entrevistas, que le dejaran atravesar la etapa final de su vida en su chacra, andando en tractor y recorriendo sus plantaciones.
A pesar de ello, Mujica seguió siendo parte de la vida política de Uruguay y en su chacra recibiría a presidentes, ex mandatarios, periodistas y artistas. Incluso, estuvo en la asunción del nuevo Parlamento y del nuevo presidente de Uruguay.
Mujica murió este lunes en su chacra de Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo. El domingo, día de las elecciones departamentales en Uruguay, no había podido ir a votar. “Está en una meseta, está a término”, dijo a Radio Sarandí su esposa, Lucía Topolansky. “Estoy hace más de 40 años con él y voy a estar hasta el final. Eso es lo que le prometí”, agregó.

