Washington, miércoles por la tarde. Mientras el mundo económico esperaba definiciones, el presidente Donald Trump sorprendió con un nuevo movimiento en su tablero arancelario: rebaja al 10% para países “amistosos” y castigo ejemplar a China. La medida llega con una pausa de 90 días para negociaciones y apunta a recomponer relaciones con aliados comerciales que no respondieron con represalias.

“Más de 75 países nos contactaron para negociar un nuevo esquema de gravámenes”, justificó el mandatario desde Truth Social, en lo que muchos analistas leyeron como un gesto selectivo de apertura. Sin embargo, el gesto tuvo su excepción feroz: China.

Beijing será alcanzada con un arancel del 125% a sus productos, una suba que entra en vigencia de manera inmediata. El endurecimiento de la medida fue anunciado como respuesta directa al anuncio de China de elevar sus propios aranceles a productos estadounidenses al 84%, en una escalada sin precedentes en la guerra comercial entre las dos mayores economías del planeta.

Los ganadores momentáneos

Según la Casa Blanca, la rebaja y pausa de 90 días regirá exclusivamente para los países que no tomaron represalias tras los aumentos arancelarios iniciales. Entre los primeros beneficiados figuran:

Otros países como Indonesia, Israel, Sudáfrica, Malasia, Noruega, Nueva Zelanda, Ecuador y hasta Bangladesh se suman a la lista de naciones que ahora enfrentarán un arancel reducido del 10%.

También se incluyeron economías más pequeñas como Fiji, Liechtenstein, Macedonia del Norte, Bolivia, Venezuela, Ghana, Afganistán, Zambia, Camerún, Libia, entre otras. En total, más de 80 países fueron alcanzados por esta “tregua fiscal temporal”, con la condición de mantenerse sin retaliaciones comerciales.

Los que ya tenían el 10%: ni castigo ni premio

Un grupo amplio de países ya formaba parte de una política arancelaria más benigna. Para ellos, la noticia no representa cambio alguno. Entre ellos figuran:

  • Argentina

  • Perú, Chile, Brasil, Colombia, Uruguay

  • Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Qatar

  • Australia, Singapur, Turquía

  • Ucrania, Islandia, Mónaco, Panamá, Marruecos, Haití

  • Bermudas, San Marino, Ruanda, Kosovo

El mensaje implícito: quienes aceptaron sin responder, mantienen el beneficio.

México y Canadá, adentro otra vez

Uno de los movimientos más llamativos fue la inclusión de México y Canadá dentro de los países alcanzados por el nuevo arancel del 10%. Históricos socios comerciales de Estados Unidos, habían quedado afuera en los primeros esquemas, pero ahora son arrastrados al rediseño de Trump.

Este nuevo status genera preocupación en ambos gobiernos, especialmente en un momento de tensiones bilaterales latentes por temas migratorios, energéticos y ambientales.

China: la excepción, la provocación, la advertencia

Pero el verdadero punto de quiebre sigue siendo China. Trump lo dejó claro:

“Suben sus aranceles al 84% como falta de respeto. Nosotros respondemos con 125% desde ahora mismo.”

El conflicto ya tiene forma de guerra comercial abierta. Trump había elevado primero los aranceles al 34%, luego al 104%, y ahora, con el último golpe, los lleva a 125%, pulverizando cualquier expectativa de distensión.

Por su parte, China calificó su superávit con EE.UU. como “inevitable” y afirmó tener “la determinación y los medios para seguir la lucha”.

El orden económico global, sacudido

La política arancelaria de Trump ya eliminó billones de dólares en valor de mercado, sacudió la estabilidad comercial y reconfiguró alianzas estratégicas. Y aunque esta nueva medida parece un gesto hacia la distensión con algunos países, confirma que la confrontación con China seguirá siendo central en su narrativa electoral y económica.

El tablero está en movimiento. Pero nadie sabe aún quién terminará pagando la cuenta.