En las imágenes se observa cómo el individuo accede a la propiedad sin forzar puertas ni ventanas, toma varias prendas de vestir que estaban dentro del domicilio, las guarda en una mochila y se retira caminando con total tranquilidad. El accionar delictivo ocurrió a pocos metros de la comisaría del barrio, lo que generó aún más indignación entre los vecinos.
“Ya no se puede dormir tranquilo”, manifestó una vecina, visiblemente molesta. “Esto viene ocurriendo desde hace tiempo, y no vemos respuestas”.
Los residentes del barrio exigen un refuerzo urgente en las tareas de patrullaje y mayor presencia policial para prevenir nuevos hechos. Denuncian que los robos de este tipo se repiten con frecuencia y que, pese a los reiterados reclamos, no se han implementado medidas efectivas para revertir la situación.
La falta de vigilancia en una zona tan cercana a una dependencia policial vuelve a poner en debate la eficiencia de los controles preventivos en distintos puntos del municipio. Mientras tanto, la sensación de inseguridad crece y los vecinos continúan organizándose para visibilizar el problema.

