El hecho se desencadenó cuando los gendarmes detuvieron un automóvil Citroën C4. Las inconsistencias en las declaraciones de sus ocupantes, un padre y su hijo, despertaron sospechas. Poco después, una camioneta Fiat Toro, conducida por otro hombre, llegó al mismo lugar y se identificó como un viajero proveniente de Cafayate (Salta) con destino a Lomas de Zamora (Buenos Aires).

La intuición de los oficiales se confirmó al inspeccionar la camioneta: notaron tornillos manipulados en los paneles laterales de la caja de carga, un fuerte olor a pegamento y la presencia de paquetes rectangulares a través de los orificios. Un control de documentación posterior reveló una conexión entre los tres hombres y estableció que el Citroën C4 operaba como “puntero”, es decir, un vehículo de apoyo que viaja por delante para alertar sobre controles policiales.

Con la autorización del Juzgado Federal N.º 1 de Tucumán, el operativo se trasladó a una sede de Gendarmería, donde se realizó una inspección exhaustiva con la ayuda de un escáner. El escaneo permitió descubrir 41 paquetes con una sustancia blanca, identificada como cocaína, además de un paquete con hojas de coca. En total, el cargamento pesó 43.870 kilos de cocaína y 265 gramos de hojas de coca.

Además de la droga, se incautaron dos vehículos, teléfonos celulares y una suma considerable de dinero: 2.201.500 pesos, 2.301 dólares y 1.130 bolivianos. Los tres hombres fueron detenidos e imputados por infracción a la Ley 23.737 de estupefacientes. El exitoso procedimiento destaca la importancia de la capacitación del personal y el uso de tecnología para combatir el crimen organizado.