Una tragedia sacudió a San Miguel de Tucumán en la madrugada del sábado. En una vivienda ubicada en el pasaje Agustín Maza al 500, una mujer de 104 años fue brutalmente asesinada por su yerno, Hugo Zelaya, de 62, quien también agredió a su esposa, hija de la víctima.
El ataque ocurrió alrededor de la 1 de la mañana y fue advertido por un vecino que escuchó gritos desesperados y dio aviso a la Policía. Cuando los efectivos llegaron al lugar, encontraron el cuerpo sin vida de Rosa Andrada, quien había intervenido para proteger a su hija del violento ataque. La mujer murió en el acto tras recibir golpes de puño y bastonazos.
La hija de la víctima, identificada con las iniciales E.M., logró escapar y fue trasladada a un hospital, donde permanece fuera de peligro. El agresor fue detenido en el lugar por efectivos policiales y quedó a disposición de la Unidad Fiscal de Homicidios II, a cargo del fiscal Carlos Sale.
Desde la fiscalía se ordenaron las pericias médicas correspondientes y una autopsia sobre el cuerpo de Andrada. En las próximas horas se realizará la audiencia de imputación, donde Zelaya enfrentará cargos por homicidio agravado y tentativa de homicidio.
En la escena trabajaron peritos del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF), quienes recolectaron pruebas claves para el avance de la causa. Según fuentes judiciales, la violencia del episodio impactó profundamente incluso a los profesionales que intervinieron en el operativo.
Un caso que expone una tendencia nacional preocupante
El crimen de Rosa Andrada se enmarca en un contexto de recrudecimiento de la violencia de género en el país. Según el Observatorio “Ahora Que Sí Nos Ven”, en los primeros cuatro meses de 2025 se registraron 94 femicidios y 143 intentos de femicidio en Argentina, un aumento significativo respecto al mismo período del año anterior.
El informe advierte que el 17% de las víctimas ya había denunciado a su agresor y que en muchos casos existían medidas de protección vigentes que no lograron evitar el desenlace fatal. También se alerta sobre un incremento en el uso de armas de fuego y la participación de miembros de fuerzas de seguridad en los hechos.
Mientras la justicia tucumana avanza en el proceso judicial contra Zelaya, el asesinato de Rosa Andrada, la víctima más longeva de femicidio registrada en la provincia, vuelve a poner en evidencia la urgencia de políticas públicas efectivas para prevenir, contener y erradicar la violencia machista.

