Tucumán volvió a palpitar el orgullo patrio con una de sus postales más tradicionales: el desfile cívico-militar en el Parque 9 de Julio. A pesar de la ausencia del presidente Javier Milei, los festejos por el 209° aniversario de la Declaración de la Independencia colmaron las calles de familias, banderas y emoción. El gobernador Osvaldo Jaldo encabezó el acto, acompañado por autoridades provinciales, municipales y legislativas, y por una multitud que se acercó a disfrutar del evento bajo el sol de la siesta tucumana.
La columna abrió con una impactante participación del Ministerio de Educación: 1.700 alumnos, 200 docentes, 100 técnicos y 4 tráileres educativos recorrieron el circuito entre aplausos. Le siguieron delegaciones de colectividades inmigrantes, excombatientes de Malvinas y una nutrida representación de fuerzas de seguridad nacionales y provinciales, como el Ejército Argentino, la Gendarmería, la Policía Federal, la PSA y la Policía de Tucumán, con un despliegue de casi 2.000 efectivos.
El cierre, como manda la tradición, lo protagonizaron más de 500 jinetes de agrupaciones gauchas, que desfilaron entre la ovación popular, evocando los orígenes rurales de la lucha por la libertad. En total, más de 6.200 personas y 843 vehículos y equinos participaron del desfile, consolidándolo como uno de los más masivos y coloridos de los últimos años.
“Si había una demanda del pueblo, era la de volver a vivir este desfile”, aseguró el ministro Darío Monteros. “Hoy vemos una multitud de familias que desde temprano se acercaron para disfrutar”, celebró.
El presidente del Ente Cultural, Humberto Salazar, también destacó el carácter popular del evento: “Esto no es solo un desfile, es una celebración de la identidad. La patria se construye con memoria, cultura y compromiso”.
Desde el Ente de Turismo, Domingo Amaya remarcó el impacto positivo de las celebraciones: “Julio es nuestro mes. Esta fiesta envía un mensaje de paz, de unidad y orgullo nacional. Tucumán ofrece cultura, historia y hospitalidad. Estamos preparados para recibir a todos”.
Más allá de la política y de las ausencias, Tucumán vivió un 9 de Julio cargado de simbolismo, memoria y participación popular. Como cada año, la cuna de la Independencia volvió a latir con fuerza.

