El Abogado penalista, Alfredo Aybar, estuvo en el piso de Vivo Mediodía para hablar sobre las penalidades que podrían tener los policías que participaron de la sedición del año 2013.

“Estas causas prescriben, porque estamos hablando de delitos en concurso real, es decir están relacionados uno con el otro. En este caso la sedición, que es cuando un grupo armado, arma al pueblo para arrancarle al estado alguna medida, no va solo el delito, porque también hay robo en banda, coerción, abuso de armas de fuego y una serie de otros delitos”.

“En este caso, si sumamos, tenemos penas de seis años máximo por sedición, 15 años por el abuso de arma de fuego y podríamos llegar a un total de hasta 25 o 30 años, por eso no entraría en el plazo de prescripción”.

Recordamos lo que sucedió y lo que dejó la protesta policial del año 2013

En ese tiempo, el salario básico de los policías era de $6.300 al iniciar las medidas y el nueve de diciembre, 70 personas se instalaron en la Subjefatura de la Policía, reclamando un sueldo de $12.000.

El 10 de diciembre comenzaron los saqueos y hechos de violencia, por ese motivo los vecinos y comerciantes cortaron calles y armaron barricadas para protegerse.

En Tucumán se registraron 8 muertos durante los incidentes, siendo la provincia con la mayor cantidad de fallecidos.

En esos días, arrasaron con supermercados de Famaillá, San Miguel de Tucumán y Banda del Río Salí.

El Poder Ejecutivo denunció judicialmente a los uniformados por “incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos y sedición”, mientras que el arzobispo Alfredo Zecca intervino en la Subjefatura como mediador.

San Miguel de Tucumán estaba paralizada y vigilada por Gendarmes.

El 11 de diciembre hubo más saqueos y arrancó la reacción social, los ciudadanos comenzaron a protestar en contra de la policía por abandonar las calles.

Reclamaron en plazas, arrojaron huevos a comisarías y en algunos comercios se negaron a vender mercadería a personal policial.

Después de dos días de autoacuartelarse, los uniformados volvieron a sus funciones con el repudio de la gente.