La ausencia del presidente Javier Milei no impidió que Tucumán viviera, como cada año, una jornada cargada de emoción y fervor popular para conmemorar un nuevo aniversario de la Declaración de la Independencia. Este 9 de Julio, la plaza Independencia volvió a convertirse en el corazón de la celebración, donde vecinos y turistas compartieron las tradiciones que forman parte de la identidad nacional.

Desde muy temprano, familias enteras comenzaron a acercarse al centro de San Miguel de Tucumán. En una mañana fría, el chocolate patrio —servido en grandes ollas humeantes— fue el primer gran protagonista, acompañado por bollitos y medialunas distribuidos de forma gratuita.

Con banderas argentinas flameando y pañuelos celestes y blancos al cuello, los presentes participaron del izamiento solemne del pabellón nacional, uno de los momentos más simbólicos de la jornada. Luego, las autoridades provinciales y cientos de fieles ingresaron a la Catedral para asistir al tedéum, oficiado por el arzobispo de Tucumán, Carlos Sánchez.

“El 9 de Julio es más que una fecha en el calendario, es el compromiso de cada ciudadano con la libertad y la justicia”, expresó monseñor Sánchez durante su homilía, que hizo eje en la necesidad de construir una patria con más unidad y menos enfrentamientos.

Aunque el Presidente canceló su participación por razones climáticas, según informó Casa Rosada, la escena local no se vio empañada. Tucumán, cuna de la independencia argentina, reafirmó una vez más su lugar como epicentro de la memoria colectiva nacional.