Con la llegada de las bajas temperaturas, muchas familias encienden estufas y calefactores tras meses sin uso, lo que eleva el riesgo de intoxicación por monóxido de carbono, un gas letal e imperceptible que puede acumularse en ambientes cerrados y causar graves daños a la salud.
Cada año, en Argentina se registran alrededor de 40.000 casos clínicos y unas 200 muertes por intoxicación con monóxido de carbono, una cifra alarmante que podría reducirse drásticamente si se aplicaran medidas básicas de prevención. Según especialistas, este gas puede generarse por la combustión incompleta de materiales como gas, leña, carbón o kerosén, especialmente cuando hay mala ventilación.
Los 5 consejos para evitar intoxicaciones
- Revisar instalaciones de gas: Chequear que los artefactos funcionen correctamente. Una llama amarilla o anaranjada, o manchas de hollín, son señales de alerta. Ante cualquier irregularidad, se debe llamar a un gasista matriculado.
- Ventilar los ambientes a diario: Abrir ventanas y puertas al menos una vez al día permite renovar el aire y reducir la concentración de gases.
- No dormir con estufas encendidas: Dejar encendidos los artefactos durante el descanso aumenta el riesgo de intoxicación silenciosa.
- Instalar detectores de monóxido: Son económicos, fáciles de instalar y pueden salvar vidas al detectar la presencia del gas a tiempo.
- Reconocer los síntomas: Dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, visión borrosa y debilidad son signos de alerta. En casos graves puede haber convulsiones o pérdida de conocimiento. Ante cualquier sospecha, se debe acudir inmediatamente a un centro médico.
La intoxicación por monóxido de carbono es un peligro invisible, pero evitable. La prevención y el cuidado en el uso de artefactos de calefacción son claves para atravesar el invierno de manera segura.

