Cada 20 de julio, los argentinos celebran el Día del Amigo, una fecha cargada de afecto y encuentros que rinde homenaje a uno de los vínculos más valiosos: la amistad. Reuniones, mensajes, regalos y festejos marcan esta jornada que tiene una profunda raíz cultural en el país.
Pero ¿por qué se eligió este día? La historia se remonta al 20 de julio de 1969, cuando el hombre pisó por primera vez la Luna. Inspirado por este hito histórico, el odontólogo y profesor Enrique Ernesto Febbraro, oriundo de Lomas de Zamora, propuso instaurar una jornada dedicada a la amistad. Según explicó, el alunizaje representaba un gesto de unidad y cooperación global, y lo definió como “un gesto de amistad de la humanidad hacia el universo”.
Movilizado por esa idea, Febbraro escribió y envió más de mil cartas a distintos países, utilizando sus vínculos con el Rotary Club, para proponer la creación del Día del Amigo. Su iniciativa fue ganando apoyo, y diez años más tarde fue reconocida oficialmente por el Gobierno de la provincia de Buenos Aires. En 1983, Lomas de Zamora fue declarada “capital provincial de la amistad”.
Con el paso del tiempo, la propuesta trascendió fronteras y fue adoptada también en otros países como Brasil, Chile, España y Uruguay, consolidando el 20 de julio como una fecha internacional para honrar el valor de la amistad.

