En un pintoresco barrio de Lastenia, una historia de amor y valentía ha conmovido los corazones de sus habitantes. Alfredo y Franco Nallar, padre e hijo respectivamente, protagonizan un relato de superación y sacrificio que ha dejado una huella imborrable en la comunidad.

Desde joven, Franco Nallar fue diagnosticado con una afección renal que afectaba seriamente su calidad de vida. A la temprana edad de 18 años, tuvo que someterse a tratamientos de diálisis tres veces por semana. Esta rutina se convirtió en una lucha constante para el joven, quien soñaba con una vida normal y sin limitaciones.

Sin embargo, la esperanza brilló en el horizonte cuando su padre, Alfredo Nallar, decidió dar un paso al frente y ofrecerse como donante de riñón. Con determinación y amor incondicional, Alfredo se sometió a una serie de estudios médicos que confirmarían su compatibilidad con su hijo. Durante 20 días, la familia Nallar aguardó con ansias los resultados, hasta que finalmente llegó la noticia que tanto ansiaban: padre e hijo eran compatibles.

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Alfredo Nallar expresó su profundo amor y gratitud hacia su hijo al afirmar que al conocer el estilo de vida que su hijo llevaría sometiéndose a diálisis semana tras semana, no dudó en ofrecerle su riñón: “Creo que cualquier padre haría lo mismo en mi lugar”. Con gran humildad, agregó: “Me siento bendecido por haber tenido la oportunidad. Donar es salvar vidas, no tengan miedo”.

El riñón donado por Alfredo permitió que Franco pudiera disfrutar de una década llena de esperanza y calidad de vida. Sin embargo, la vida les presentó un nuevo desafío cuando el órgano dejó de funcionar. El joven volvió a depender de la diálisis para mantenerse con vida.

Sin embargo, un rayo de esperanza iluminó nuevamente sus vidas en la madrugada del 23 de abril, cuando una llamada telefónica anunció la llegada de un nuevo riñón compatible para Franco. Con coraje y determinación, el joven fue sometido a su segundo trasplante, convirtiéndose así en un verdadero ejemplo de resiliencia.

La historia de Fredy y Franco Nallar ha inspirado a la comunidad de Lastenia y más allá, demostrando el poder del amor y la importancia de la donación de órganos. Estos valientes hombres nos enseñan que, a pesar de las adversidades, siempre hay esperanza y una oportunidad para luchar por una vida plena.