Este jueves fue de alto voltaje en el gobierno nacional, en medio de trascendidos sobre nuevos cambios en la ley Ómnibus y la salida precipitada del ministro de Infraestructura. Tanto es así que aún hay chispazos. Con críticas a la herencia kirchnerista y para desmarcarse de la oposición dialoguista, fundamentalmente de algunos sectores de la UCR, el PRO apuró un comunicado en el que anuncia su apoyo al paquete de medidas que comenzará a tratar el Congreso el martes que viene.

Vamos a acompañar de manera responsable esta votación para que el Gobierno cuente con las mejores herramientas normativas que le solicita al Poder Legislativo”, anunció el bloque macrista de diputados este jueves y destacó, al mismo tiempo, al mega DNU cuya combinación “apunta a modernizar, desregular y desburocratizar distintos aspectos de nuestra vida económica y social”. De este modo, se desmarcó de las bancadas de la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal, que a través de distintas expresiones públicas dieron a entender su disconformidad con la última versión del dictamen de mayorías.

 

Y, de algún modo, la fuerza amarilla también abrió el paraguas ante la incertidumbre de la votación del martes y una posible redoblada crítica mileísta a “la casta”.

En el comunicado, cargaron fuerte contra la herencia kirchnerista que “destruyó el valor de la moneda nacional, de la palabra gubernamental y la noción del orden”; y contras “la reactivada máquina de impedir”.

Revertir este proceso no va a ser sencillo, es un laberinto lleno de trampas hecho para que solo puedan gobernar los que nos trajeron hasta esta crisis. La decadencia es tan profunda que las categorías de aliado u oposición son insuficientes, queremos que al gobierno y por lo tanto a todos los argentinos nos vaya bien, que recuperemos el sentido de progreso personal y social”, advirtieron.