Después de años de restricciones, parches y tipos de cambio paralelos, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció el final del cepo al dólar para personas humanas. Será a partir del próximo lunes, y no llega solo: se implementará un esquema de “banda cambiaria” con límites móviles entre los $1.000 y $1.400, que se ajustarán un 1% mensual.

La decisión marca el inicio de la Fase 3 del programa económico lanzado en diciembre de 2023, y está íntimamente ligada al acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional. USD 20.000 millones sobre la mesa, de los cuales USD 15.000 millones estarán disponibles libremente en 2025. Además, se suman giros por USD 6.100 millones provenientes de organismos internacionales.

La nueva etapa no es solo un cambio de régimen: es un gesto político, financiero y simbólico. El fin del cepo no solo libera al dólar: busca liberar también expectativas, inversiones, comercio exterior y –tal vez– algo del escepticismo que pesa sobre la economía argentina.

Según informó el BCRA, el nuevo esquema incluye tres ejes:

  1. El dólar en el Mercado Libre de Cambios (MLC) podrá fluctuar dentro de una banda móvil, entre $1.000 y $1.400, con un ajuste del 1% mensual.

  2. Se eliminan las restricciones cambiarias para personas humanas. También se habilita la distribución de utilidades a accionistas del exterior (a partir de ejercicios financieros iniciados en 2025) y se flexibilizan los pagos para operaciones de comercio exterior.

  3. Se fortalece el ancla nominal: no habrá emisión monetaria por parte del BCRA ni para cubrir el déficit fiscal ni para pagar intereses sobre sus pasivos.

El “dólar blend”, que permitía una porción de liquidación al dólar financiero, también se elimina. La segmentación entre flujos y stocks para personas jurídicas aún continuará, con un régimen diferenciado.

Desde el gobierno, la comunicación fue clara y celebratoria. Luis Caputo, ministro de Economía, aseguró en conferencia de prensa que el acuerdo “va a permitir a partir del lunes terminar con el cepo cambiario, que tanto daño ha hecho y que se puso en 2019 y afecta el normal funcionamiento de la economía”.

La noticia marca un antes y un después. El dólar, termómetro y símbolo a la vez, vuelve a moverse con menos ataduras. El desafío será ver si esta nueva libertad se traduce en estabilidad, crecimiento y confianza. Porque si bien el cepo se levanta, las expectativas siguen sujetas a prueba.