“Dijimos que la Provincia iba a ser un escudo y una red para defender a nuestro pueblo. Hoy, con el voto de las urnas, demostramos que cumplimos”, subrayó en su discurso, en el que vinculó el resultado con el respaldo a una gestión de fuerte impronta social y estatal en medio de la crisis económica.

Kicillof dedicó un agradecimiento especial a Sergio Massa y a Cristina Kirchner, de quien afirmó: “Gracias Cristina, que está injustamente condenada y tendría que estar en este escenario”. La frase buscó tanto reconocer el rol de los principales referentes del espacio como remarcar la situación judicial de la expresidenta, dándole un lugar central en el plano político y simbólico.

El triunfo bonaerense abre un nuevo escenario: para el oficialismo significa capital político y mayor poder de negociación en la agenda nacional; para la oposición, obliga a revisar estrategias en la provincia que concentra el electorado más numeroso del país.

Con tono firme, Kicillof advirtió que la relación con el Gobierno nacional estará atravesada por tensiones: “Van a tener que rectificar”, lanzó, y dejó un mensaje directo al presidente Javier Milei: “Tenemos que reunirnos; tené el coraje de llamarme”.

La victoria en Buenos Aires fortalece la narrativa de Kicillof sobre defensa popular y gestión territorial, pero también abre el desafío de transformar el apoyo electoral en resultados concretos. En un contexto de puja política, judicial y mediática, cada palabra pronunciada desde La Plata tiene efectos inmediatos en el tablero nacional.