La Justicia italiana abrió una investigación que sacude la memoria reciente de Europa: la fiscalía de Milán analiza denuncias que indican que turistas —entre ellos italianos— habrían pagado grandes sumas de dinero para disparar contra civiles en Sarajevo durante la guerra de Bosnia, a principios de la década del ’90.
La presentación fue realizada por el periodista y escritor Ezio Gavazzeni, quien habla de una verdadera “cacería humana” organizada para personas adineradas y aficionadas a las armas. Según su relato, los participantes pagaban para matar civiles indefensos desde posiciones serbias en las colinas que rodeaban la capital bosnia, y hasta se habrían establecido tarifas diferenciadas según las víctimas fueran hombres, mujeres o niños.
Los hechos, de comprobarse, habrían ocurrido en el marco del brutal asedio a Sarajevo, que se extendió durante cuatro años y dejó más de 11.000 muertos, bajo el control y el fuego constante de las fuerzas serbobosnias.
Una denuncia que retoma sospechas antiguas
Gavazzeni sostiene que recopiló testimonios y documentos, entre ellos el de un oficial de inteligencia militar bosnio que asegura que, a fines de 1993, descubrieron la existencia de estos viajes y alertaron al Sismi, el servicio de inteligencia militar italiano. La respuesta llegó meses después: según el testimonio, agentes italianos confirmaron que los supuestos turistas volaban desde Trieste y se trasladaban luego a las colinas próximas a Sarajevo. Poco tiempo después, les habrían informado que los “safaris” habían sido desactivados.
El periodista retomó el tema tras ver Sarajevo Safari, un documental del director esloveno Miran Zupanic que acusa la participación de ciudadanos de varios países, incluidos Estados Unidos, Rusia e Italia. En febrero, elevó a la Fiscalía un dossier de 17 páginas que también incluye un informe de la exintendenta de Sarajevo, Benjamina Karic. Sin embargo, en Bosnia la investigación no avanzó.
Al menos un centenar
En declaraciones a La Repubblica, Gavazzeni estimó que “al menos un centenar” de personas habría participado de estos supuestos viajes, y que los italianos llegaron a pagar hasta 100.000 euros para ingresar a la zona de guerra. Algunos lo habrían hecho incluso fingiendo misiones humanitarias y pagando sobornos para atravesar los controles.
Entre los antecedentes citados figura un caso conocido: en 1992, el escritor ruso Eduard Limonov fue filmado disparando contra Sarajevo mientras era guiado por Radovan Karadzic, líder serbobosnio condenado años más tarde por genocidio. En ese caso no habría mediado dinero, sino afinidad ideológica.
La investigación en Italia sigue abierta y, según medios locales, tanto la Fiscalía como la policía ya identificaron a varios testigos clave. El objetivo ahora es determinar si existieron estos “safaris” y quiénes pudieron haber formado parte de una de las prácticas más crueles atribuidas al conflicto balcánico

