El reloj marcaba la hora del reencuentro en la sede del Partido Justicialista, en Virgen de la Merced 157, donde este viernes 9 de mayo el Consejo provincial del PJ tucumano sesionó con el claro objetivo de encarrilar la maquinaria partidaria rumbo al 26 de octubre, fecha señalada por la Cámara Nacional Electoral. En el centro de la escena: Osvaldo Jaldo, actual vicepresidente del partido y gobernador, quien encabezó la sesión.

“Queremos llegar en orden al 26 de octubre”, fue la frase que resumió su mensaje y su estrategia.

De los 20 miembros del Consejo, 16 dijeron presente, mientras dos justificaron su ausencia. En el temario, la unidad del partido, el cumplimiento del cronograma electoral, y la conformación del frente político que representará al PJ en los comicios de octubre.

“Nosotros el 26 no participamos como partido. Otros partidos nacionales nos van a acompañar para presentar nuestros candidatos”, explicó Jaldo, dejando en claro que el camino será el de un frente electoral, no de siglas solitarias.

Cuatro integrantes del Consejo fueron designados para comenzar a construir ese espacio común. Jaldo fue directo:

“Le estamos dando tiempo a los partidos para que sean parte del frente”. La puerta está abierta, pero el reloj corre.

Sin rodeos, también advirtió que si la unidad no se logra antes de la fecha de internas, se avanzará con el calendario electoral y cada sector podrá presentar listas propias. El mensaje es claro: hay voluntad de consenso, pero también estructura para competir.

En cuanto a su rol, Jaldo fue preciso:

“Manzur es el presidente del partido y quien les habla el vice, pero en ausencia de él, me hago cargo transitoriamente de la vicepresidencia a cargo de la presidencia”.

El acto fue también una muestra de alineamiento interno. Desde la Junta Departamental de Capital, su presidente, Martín Álvarez, no escatimó en respaldo:

“Hoy, el conductor indiscutido del PJ en Tucumán es el compañero Osvaldo Jaldo”.

Además de las cuestiones políticas, se aprobaron balances y acuerdos con vistas a las elecciones, dejando en evidencia que la maquinaria peronista ya se está engrasando para la contienda.

Con tono sereno pero firme, Jaldo consolidó su posición de liderazgo interno, equilibrando el respeto institucional a Manzur con el ejercicio activo del poder partidario. El mensaje de fondo: unidad sí, pero con dirección clara y tiempos definidos.