El proyecto contempla una intervención integral del edificio principal, con mejoras arquitectónicas, incorporación de tecnología y nuevas áreas de servicio. Uno de los objetivos centrales es duplicar la capacidad anual de pasajeros hasta alcanzar los 1.600.000 viajeros, además de permitir la operación simultánea de hasta cinco vuelos.

Entre los trabajos previstos se incluyen la ampliación de espacios de circulación y espera, la optimización de los flujos de embarque y desembarque, la instalación de sistemas de control y seguridad de última generación y la actualización del equipamiento aeroportuario.

Para garantizar la continuidad del servicio, en la etapa cero se montará un preembarque provisorio que permitirá operar normalmente mientras avanzan las obras en el edificio definitivo. Las intervenciones se ejecutarán por etapas, sin suspender vuelos ni derivar operaciones a otras terminales.

Desde la concesionaria adelantaron que se trata de una obra de gran envergadura y que, en ciertos aspectos, la capacidad operativa del aeropuerto podría triplicarse respecto de la actual. La iniciativa apunta no solo a mejorar la eficiencia, sino también a elevar la calidad de la experiencia del pasajero y fortalecer la conectividad de Tucumán con destinos nacionales e internacionales.