En la esquina de Mendoza y Martín Rodríguez el tiempo se detuvo a las 10 en punto. Un estruendo cortó la rutina del barrio, seguido de gritos, vidrios rotos y el chirrido metálico de una carrocería que se retuerce. Dos camionetas, una Volkswagen Amarok y una Toyota Hilux, habían colisionado violentamente.

Según testigos, la Amarok circulaba de oeste a este por Mendoza al 4700 cuando impactó contra la Hilux que se desplazaba de sur a norte por Martín Rodríguez. El choque fue tan brutal que una de las camionetas —la Hilux— terminó volcada, con las ruedas hacia el cielo y el cuerpo de su estructura golpeado contra el asfalto caliente.

En la escena, vecinos salieron corriendo de sus casas. Algunos con celulares, otros con botellas de agua o palabras de aliento. Nadie sabía en ese momento cuán grave era la situación. La imagen era contundente: metal doblado, bolsas de aire desplegadas, puertas trabadas. Pero contra todo pronóstico, no hubo tragedia.

Los cinco pasajeros —repartidos entre ambos vehículos— sufrieron solo golpes y traumatismos leves. Fueron asistidos por personal del 107 que llegó rápidamente al lugar, junto a bomberos y efectivos policiales que ordenaron el tránsito y comenzaron a levantar actas.

“Fue un milagro”, murmuró una mujer mientras sostenía la mano de uno de los ocupantes que salía aturdido pero consciente del vehículo volcado.

Los vecinos aseguran que esa esquina ya tiene antecedentes. “No es la primera vez que pasa. Es una bocacalle peligrosa. Nadie frena, nadie mira”, comentó un hombre que vive a pocos metros del cruce.

Mientras una grúa se llevaba los restos de la camioneta volcada y los técnicos viales tomaban mediciones para el peritaje, la mañana volvía lentamente a su curso.