Este domingo, la Justicia tucumana definió la situación procesal de José Osvaldo Rojas, de 50 años, acusado de protagonizar una secuencia de sangre y muerte el pasado viernes en el este de la provincia. A pedido de la Unidad Fiscal de Homicidios I, el juez interviniente dictó la prisión preventiva por el plazo de seis meses para el imputado.
Durante la audiencia de formulación de cargos, la auxiliar de fiscal María José Agüero, en representación del fiscal Pedro Gallo, imputó a Rojas por delitos gravísimos. Se lo acusa de homicidio triplemente agravado (por el vínculo, violencia de género y uso de arma de fuego) en perjuicio de Juana del Carmen Bustos, en concurso real con homicidio agravado por el uso de arma de fuego en perjuicio de Roque Francisco Lucero.
La Fiscalía justificó la medida de coerción de máxima intensidad argumentando la existencia de peligros de fuga y entorpecimiento de la investigación, además de la necesidad de tiempo para realizar pericias balísticas y análisis de celulares. “Fueron dos hechos cometidos de manera consecutiva por una misma persona… El imputado conocía a las víctimas y tuvo un accionar artero, dejando trunca la vida de dos personas”, remarcó la funcionaria judicial.
La crónica del horror
Según la teoría del caso, la secuencia criminal comenzó el viernes 19 de diciembre cerca de las 13:00 horas en Delfín Gallo. Rojas interceptó en su Fiat Palio negro a su expareja, Juana Bustos (39), quien caminaba por el barrio La Pila. Tras agredirla verbalmente y forcejear, le disparó con un revólver calibre 32 provocándole la muerte.
Apenas 15 minutos después, a las 13:15, el acusado se dirigió al barrio Aeropuerto de Banda del Río Salí. Allí, ingresó a una vivienda de la calle Rawson y Corrientes, donde atacó a Roque Francisco Lucero (41). Con la clara intención de matarlo, le disparó en la entrada de la casa, causándole la muerte en el acto por un traumatismo encéfalo craneano grave.

