Un barrio golpeado por el abandono, el estigma y la falta de oportunidades podría convertirse en el escenario de una transformación sin precedentes. La Municipalidad de San Miguel de Tucumán presentó esta semana un ambicioso plan integral para recuperar urbanística y socialmente La Costanera, con la guía de expertos colombianos que fueron parte de la renombrada experiencia de transformación de Medellín.

La iniciativa busca no solo mejorar la infraestructura y el entorno físico, sino también reparar el tejido social, poner el foco en la infancia y abrir un horizonte de oportunidades para los jóvenes. “Queremos que los chicos de la Costanera tengan las mismas oportunidades que en cualquier otro barrio de la ciudad”, aseguró Camila Giuliano, secretaria de Gobierno municipal, durante una recorrida junto a vecinos y referentes de distintas áreas de gestión.

El proyecto se impulsa con el acompañamiento de tres referentes de Medellín: el urbanista Gustavo Restrepo, el consultor en gestión pública Jorge Melguizo y el artista urbano Juan Pablo “Worm” Arango, protagonistas del proceso que convirtió a la otrora ciudad más violenta del mundo en un modelo global de urbanismo social.

El martes, funcionarios municipales y expertos recorrieron La Costanera, escucharon a sus habitantes y tomaron nota de sus necesidades. Fue una jornada intensa de diagnóstico participativo, que marcó el puntapié inicial del plan.

“La mejor manera de entender los problemas del barrio es caminarlo y escucharlos a ellos, que son los que viven, crían a sus hijos y sueñan en este lugar”, explicó Luciano Chincarini, secretario de Servicios Públicos.

Desde los servicios básicos hasta los espacios culturales, desde el deporte hasta la salud pública: el abordaje será transversal y con foco en lo humano. “El cambio será real si se piensa el desarrollo del barrio con el corazón en la gente, y no solo en el cemento”, sintetizó Giuliano.

Restrepo y Melguizo no solo trajeron su experiencia, también su convicción: el cambio es posible. “En Medellín se hizo cuando nadie creía. Aquí también se puede”, dijo Restrepo. Y agregó: “No sirve construir metros cuadrados de asfalto si no se construye ciudadanía”.

Melguizo coincidió: “No se trata de levantar paredes, sino de fortalecer comunidades. El objetivo es una nueva sociedad, no solo un nuevo barrio”.

“Worm”, el artista que pintó murales en la Comuna 13 y transformó el paisaje urbano de Medellín con arte y esperanza, se sumó a la misión en Tucumán con un mensaje simple: “El arte es una semilla que puede cambiar una vida”.

La recepción de los vecinos fue entusiasta. Nadia Tiseira, vecina de La Costanera, agradeció que el Municipio haya decidido escuchar a la comunidad: “Queremos dejar los prejuicios atrás. Esta vez sentimos que están pensando en todo el barrio, no solo en un rincón”.

Con la participación activa de los habitantes, el plan prevé combinar obras de infraestructura con propuestas sociales, culturales y deportivas para crear un entorno seguro, inclusivo y con futuro. Un barrio donde los niños puedan crecer sin miedo y los jóvenes encontrar un proyecto de vida.

El desafío es enorme, pero también lo es el compromiso. Como dijo una funcionaria: “La transformación de la Costanera no empieza con máquinas, sino con confianza”.