Desde temprano, el murmullo habitual de viajeros y vendedores se vio eclipsado por el movimiento de efectivos uniformados, perros entrenados y vehículos oficiales. La imagen era clara: algo importante estaba ocurriendo.

“Es parte de las acciones conjuntas que venimos realizando”, confiaba un oficial mientras supervisaba el procedimiento. En efecto, la Policía de Tucumán montó hoy un gran operativo en la Terminal de Ómnibus, inspeccionando tanto transportes de pasajeros como encomiendas que llegaban a este punto neurálgico del movimiento interprovincial.

El operativo no fue obra de una sola unidad, sino un trabajo coordinado entre varias direcciones clave: la Dirección General de Drogas Peligrosas, la Comisaría Seccional Once, la Dirección Fuerzas Especiales, Distritos Urbanos y la Dirección de Animales de Apoyo Profesionales. Cada una, con un rol preciso, tejió una red de control que cubría desde los pasillos hasta los depósitos de encomiendas.

El resultado inmediato del operativo aún no ha sido difundido, pero la señal es clara: la lucha contra el narcotráfico no da tregua, y la Terminal ya no es territorio libre. En medio de valijas abiertas y miradas curiosas, la policía dejó un mensaje tangible: en Tucumán, el control se intensifica donde antes solo se pasaba de largo.