Uno de los puntos más llamativos de su análisis es el pronóstico de una inflación mensual del 1%. Peró considera que este número es “casi irrealizable e inconcreto”, y que el análisis detallado del presupuesto no se corresponde con las expectativas que se generaron en su presentación. A pesar de que el gobierno parece haber “escuchado el reclamo de la gente”, el economista sostiene que en el fondo, la visión de achicar la función pública y delegar responsabilidades al sector privado se mantiene intacta.
En cuanto al manejo de la deuda, Peró indicó que si bien se habla de “consenso” para el pago, el gobierno terminará aplicando ajustes. También señaló que se buscará la forma de que las provincias sigan cobrando sus deudas.
Finalmente, el economista abordó el tema de la obra pública, afirmando que será delegada al sector privado. El Estado, según Peró, podría incluso subsidiar a estas empresas para que realicen las obras, lo que representa un cambio en el modelo de inversión pública.
En resumen, la interpretación de Peró es que el discurso oficial y el proyecto de presupuesto tienen un desajuste. Mientras el gobierno busca mostrarse permeable a las demandas sociales, la experiencia de ajuste en curso sugiere que la inflación seguirá bajando, pero que las medidas de fondo apuntan a una reducción drástica del rol del Estado.

