El surtidor vuelve a moverse. Esta vez, con la sutileza de una gota, pero con el peso acumulado de meses de tensión entre impuestos postergados, precios internacionales y una inflación que no da respiro. Desde este domingo 1 de junio, cargar nafta o gasoil será un poco más caro en todas las estaciones de servicio del país.
YPF, la petrolera estatal, será la primera en actualizar los valores. El aumento promedio será del 1% y responde —según la versión oficial— a una actualización parcial de los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC). Las otras compañías, como Shell, Axion y Puma Energy, seguirán la misma línea en las próximas horas, consolidando así el alza a nivel nacional.
El ajuste llega con guante de seda. El Gobierno de Javier Milei eligió postergar parte de la actualización impositiva para evitar un salto mayor en los surtidores. Una medida de contención, dicen, en tiempos donde cada centavo puede disparar un índice. Según la consultora Economía y Energía, aplicar la totalidad del ajuste implicaría un costo fiscal de hasta 200 millones de dólares por mes. Por ahora, el golpe es medido, pero no gratis.
En las estaciones de YPF de la Ciudad de Buenos Aires, los nuevos precios ya están definidos: la nafta súper subirá de $1.173 a $1.184, la premium pasará de $1.389 a $1.403, el gasoil común irá de $1.178 a $1.190 y el euro diésel se ubicará en $1.374. Desde la empresa aseguran que monitorean constantemente las variables que inciden en la tarifa: el precio internacional del crudo, el dólar y los biocombustibles.
El movimiento de precios no es nuevo, ni lineal. En mayo, YPF había recortado sus valores en un 4%, empujada por la baja del petróleo en el mundo. Pero a mitad de mes, esa decisión fue parcialmente corregida: subas marginales de hasta 0,46% reacomodaron los números tras un aumento en los biocombustibles dictado por el propio Ejecutivo.
Mientras tanto, el mercado interno parece dar señales de reactivación. Un informe de Politikon Chaco reveló que en abril se vendieron 1.323.216 metros cúbicos de combustibles al público, lo que implicó un crecimiento interanual del 2,1%. Es la segunda suba consecutiva después de quince meses de caída. Sin embargo, frente a marzo, se detectó una baja del 6%.
YPF lidera el sector con el 55,4% de participación, seguida por Shell (24,4%), Axion (12,5%) y Puma Energy (6,1%), que fue la que más creció interanualmente, con un salto del 13,1%.
El mapa provincial también muestra sus contrastes. Formosa (+15%), Tierra del Fuego (+11,1%) y Santiago del Estero (+10,6%) lideran el ranking de aumentos en ventas. En el otro extremo, CABA y Tucumán sufrieron caídas de más del 10%.
En cuanto a tipos de combustible, la nafta premium se disparó un 19,8% interanual, mientras que la súper apenas subió un 0,7%. El gasoil común cayó un 8,1%, pero su versión premium creció un 11,3%, con Formosa y San Luis a la cabeza del repunte.
Así, mientras los surtidores actualizan sus dígitos y los conductores hacen cuentas frente al tanque, el aumento que empieza este domingo vuelve a poner en foco una discusión más profunda: cuánto cuesta sostener el motor del país y quién paga el precio.

