Un silencio espeso cubre por estas horas un edificio en el corazón de Villa Crespo, donde este fin de semana fueron encontrados cuatro cuerpos sin vida. Las víctimas: un matrimonio y sus dos hijos menores de edad. La escena, estremecedora. La tragedia, aún sin explicación clara. Las primeras pericias apuntan a un crimen intrafamiliar, con el padre como presunto autor de los homicidios.

Las víctimas fueron identificadas como Bernardo Adrián Seltzer (53), Laura Fernanda Leguizamón (51), Ian (15) e Ivo (12). Todos compartían el mismo techo en un departamento del barrio porteño, donde fueron hallados sin signos vitales por la Policía de la Ciudad tras un llamado de alerta.

Seltzer era consultor en Granar SA, una firma nacional dedicada al corretaje de granos, con vínculos con la Bolsa de Comercio. Había ingresado a la empresa en 2001 y, según su perfil profesional, también colaboraba con artículos en medios especializados sobre el mercado agropecuario.

Laura Leguizamón, su esposa, era comerciante. Tenía 51 años y llevaba años junto a Bernardo, con quien había formado una familia. En la vida cotidiana, eran vecinos conocidos del edificio. Nada hacía prever un final así.

Los menores, Ian, de 15 años, nacido el 15 de abril de 2010, e Ivo, de 12, nacido el 22 de octubre de 2012, asistían a una escuela secundaria de la zona. Eran, según conocidos, chicos alegres, educados, con una rutina similar a la de cualquier adolescente de la ciudad.

La hipótesis más fuerte que maneja la fiscalía y los investigadores es que se trató de un crimen seguido de suicidio, aunque todavía se esperan los resultados de autopsias y peritajes forenses. Los cuerpos no presentaban signos de haber sido atacados por terceros ajenos al núcleo familiar, y todo apunta a que Seltzer habría perpetrado los asesinatos antes de quitarse la vida.

El barrio, conmocionado, aún no sale del estupor. Las autoridades siguen recabando testimonios y pruebas para reconstruir lo que ocurrió en esas horas oscuras dentro del hogar.