La noticia corrió por los grupos de WhatsApp con la velocidad de una mecha encendida: YPF baja el precio de los combustibles. En un país donde mirar la pizarra de las estaciones de servicio se ha vuelto un ejercicio de resignación, el anuncio llegó como un guiño inesperado para los conductores.
Este jueves 1° de mayo, mientras el país se tome un respiro por el Día del Trabajador, los surtidores cambiarán su número habitual. La petrolera estatal, que concentra más del 50% del mercado de expendio en Argentina, confirmó que aplicará una baja promedio del 4% en el precio de la nafta y el gasoil en todo el territorio nacional.
Aunque desde la empresa no ofrecieron demasiados detalles, la medida se interpreta como una respuesta directa a la fuerte caída en el consumo de combustibles, que en los últimos meses encendió las alarmas en las estaciones de servicio. También se enmarca en la reciente estabilidad del dólar oficial y la leve retracción del precio internacional del crudo, factores que contribuyeron a habilitar un pequeño margen para el descenso.
“Es un respiro, aunque más simbólico que real”, comentaba este mediodía un playero en una estación del macrocentro tucumano. A su alrededor, algunos conductores ya especulaban si valía la pena esperar hasta el primer minuto del jueves para cargar el tanque.
Los economistas advierten que la baja tiene un impacto limitado, pero no menor. “Un ajuste a la baja después de tantas subas tiene efecto psicológico, sobre todo en la clase media, que vive mirando el precio de la súper como si fuera el dólar”, explicó una fuente del sector energético. El último aumento había sido en marzo, cuando los valores escalaron entre un 3 y un 5%, dependiendo del tipo de combustible y la región.
Desde el Gobierno nacional, en tanto, la decisión de YPF es leída como un gesto hacia una población exhausta por los ajustes. En medio de un contexto inflacionario aún persistente, cualquier alivio, por leve que sea, gana terreno en la narrativa pública.
La medida también presiona, aunque sutilmente, a otras compañías del rubro: Axion, Shell y Puma Energy, entre otras, deberán decidir si acompañan la baja o mantienen sus precios, en un mercado que se ha vuelto cada vez más competitivo, pero también más frágil.
Por ahora, la promesa es concreta: desde la madrugada del jueves, el litro de nafta y gasoil costará menos. No es la revolución, pero en tiempos como estos, cualquier gesto se celebra como una victoria.

