Abad reconoció que el riesgo país superó los 2.100 puntos y que el dólar escaló por encima de los $1.460, números que, según dijo, eran previsibles después del revés electoral del Gobierno nacional. Lo que sorprendió, remarcó, fue “la magnitud de esta adversidad”.

En contraste, destacó que Tucumán mantiene una situación fiscal sólida, con todos los servicios garantizados y más de 40 obras en marcha. “Rutas, caminos, alcaldías, la nueva cárcel próxima a inaugurarse… basta recorrer la provincia para ver el movimiento”, ejemplificó.

Advertencia a empresarios

El ministro envió un mensaje directo al sector privado: “Que esta reacción inicial de los mercados no se traduzca en remarcaciones o aumentos de precios por las dudas. Estamos en estancamiento económico. Si encima aumentamos los precios, vamos a vender menos, ganar menos y poner en riesgo la actividad productiva y comercial”.

Recordó además que Tucumán no cuenta con sectores extractivos que generen divisas extraordinarias y depende en gran medida del consumo interno. “La gente no vive de ajuste. Vive de servicios, de sueldos al día, de obra pública y de crecimiento. En la Nación se aplicó un ajuste tras otro y los resultados están a la vista. En Tucumán, en cambio, reorganizamos el Estado, hicimos los ajustes necesarios de manera rápida y luego pusimos en movimiento la provincia”, sostuvo.

Llamado a la prudencia

Finalmente, Abad pidió calma frente a la volatilidad cambiaria y financiera: “La economía argentina ya estaba en una situación complicada, pero las reacciones intempestivas, como los aumentos preventivos, solo pueden agravar el problema. Necesitamos prudencia hasta que las variables se estabilicen”.