Cada día, alrededor de 1.200 personas deben recibir asistencia médica por siniestros viales en la provincia. La magnitud del problema se agrava con un dato estremecedor: el 7% de las víctimas sufre una discapacidad permanente como consecuencia de las lesiones sufridas.
Estos números reflejan una problemática estructural que involucra no solo a la infraestructura vial y el control del tránsito, sino también a la educación y la concientización ciudadana. Especialistas advierten que la combinación de imprudencia, exceso de velocidad, consumo de alcohol y la falta de uso de elementos de seguridad como casco o cinturón son factores recurrentes en la mayoría de los siniestros.
Mientras tanto, el sistema de salud absorbe el alto costo de la atención, con recursos que podrían destinarse a otras áreas críticas. La magnitud de las cifras pone en evidencia la necesidad urgente de políticas públicas más estrictas, campañas de prevención sostenidas y un compromiso conjunto de autoridades y conductores para frenar esta “tragedia en las calles” que cada día deja más víctimas y familias marcadas para siempre.
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