Mientras se espera la letra chica del acuerdo comercial anunciado por el gobierno de Estados Unidos, la administración de Javier Milei avanza contrarreloj para asegurar la aprobación del Presupuesto 2026 y de las reformas laboral, tributaria y previsional. Empoderado por el resultado electoral del 26 de octubre y por el anuncio del entendimiento con la Casa Blanca, el Presidente ordenó a legisladores electos y en funciones unificar criterios y disciplinar la estrategia parlamentaria de cara al nuevo Congreso que asumirá el 10 de diciembre.

En este contexto, Martín Menem —quien aspira a continuar al frente de Diputados— y Karina Milei diseñan la arquitectura legislativa junto a Cristian Ritondo, pieza clave para garantizar el apoyo del PRO. A su vez, Patricia Bullrich se prepara para asumir su banca en el Senado y eventualmente ocupar la presidencia provisional, ya alineada con la vicepresidenta Victoria Villarruel tras tensiones previas que el oficialismo busca disipar.

El Gobierno prevé que la reforma laboral ingrese al Senado en diciembre, en simultáneo con el tratamiento del Presupuesto en Diputados. Los cambios proyectados generan expectativas en el sector empresario y alertas en la CGT, que exige diálogo y rechaza una discusión “a libro cerrado”. Las cámaras industriales también reclaman previsibilidad, temiendo futuros frenos judiciales como ocurrió con el DNU 70/23 o con la caída del decreto que limitaba el derecho a huelga.

A la vez, el empresariado sigue de cerca el impacto del acuerdo con Estados Unidos, que impulsó fuertes subas en acciones vinculadas a los sectores agroindustrial, alimentario, siderúrgico y del aluminio. Aunque aún se desconocen sus detalles, AmCham adelantó que el entendimiento “impulsará la competitividad” y favorecerá la llegada de inversiones.

El flamante ministro del Interior, Diego Santilli, quedó a cargo de destrabar apoyos provinciales y ya avanzó en reuniones con gobernadores, la CGT y la UIA. Su rol contrasta con el del exjefe de Gabinete Guillermo Francos, cuyas negociaciones solían naufragar por internas dentro del oficialismo. Santilli, en cambio, mantiene buena sintonía tanto con Karina Milei como con el asesor presidencial Santiago Caputo, aunque este último atraviesa un momento de menor influencia tras no haber sido designado en ninguno de los cargos estratégicos que esperaba.

Dentro del Gabinete también se producen reacomodamientos: Interior logró retener el RENAPER y el control de pasos fronterizos; Migraciones pasó a Seguridad; y Daniel Scioli conservará Turismo y Ambiente, ahora bajo la órbita de Jefatura de Gabinete.

En paralelo, el peronismo transita un período de incertidumbre marcado por la influencia persistente de Cristina Kirchner, quien participa por Zoom del juicio por la causa “Cuadernos”. Mientras Axel Kicillof intenta equilibrar su enfrentamiento con la Casa Rosada y la necesidad de mantener el apoyo de La Cámpora para aprobar su presupuesto, la reorganización del PJ bonaerense quedó postergada para el verano.

Desde Olivos, Milei observa todas estas dinámicas con una percepción de fortaleza política renovada y la convicción de que el nuevo Congreso le permitirá avanzar con el paquete de reformas estructurales que considera central para su proyecto de gobierno.