Según una encuesta realizada por Bumeran, junto a Great Place to Work Argentina y la organización Diagonal, apenas el 7,41 % de la dotación de las empresas consultadas corresponde a empleados de entre 50 y 65 años.
El problema se intensifica cuando se analiza la contratación reciente: el 68 % de las empresas encuestadas admitió no haber incorporado a ninguna persona de 55 años o más durante el último año.
Un talento desestimado
Para muchos especialistas, estas cifras reflejan un sesgo etario arraigado: más de la mitad de los reclutadores (55 %) reconoció que la edad influye en sus decisiones de selección.
Además, casi el 41 % de las empresas admitió que sus avisos de empleo incluyen rangos etarios, lo cual restringe explícitamente las postulaciones de personas mayores.
Federico Barni, referente de Bumeran, señaló que “la baja representación es evidente”: “casi 7 de cada 10 organizaciones no contrataron a nadie mayor de 55 años el año pasado”, dijo, poniendo en evidencia cómo el mercado laboral descarta a trabajadores con experiencia.
Por su parte, Carlos Alustiza, CEO de Great Place to Work Argentina, sostuvo que la “Generación Silver no solo tiene historia: tiene visión, tiene fuerza, y muchísimo por aportar.”
Consecuencias demográficas y organizacionales
Este desinterés por los empleados mayores ocurre en un momento de cambio demográfico: la población envejece, la expectativa de vida se prolonga, y muchas personas mayores desean o necesitan seguir aportando al ámbito laboral.
Además, empresas que descartan tal experiencia pueden estar perdiendo un importante valor: según los especialistas, los “silver” aportan estabilidad, conocimiento acumulado y una visión estratégica que puede fortalecer equipos multigeneracionales.
¿Cuál es el camino a seguir?
Para revertir esta tendencia, proponen varias vías:
Generar políticas de reclutamiento inclusivas por edad, para que la experiencia sea valorada y no descartada.
Promover programas internos de inclusión generacional, donde las empresas entrenen y retengan talento senior.
Fomentar la conciencia social y empresarial sobre el edadismo: demostrar que la experiencia no es un costo, sino una ventaja competitiva.
Hasta ahora, muy pocas empresas tienen iniciativas específicas para incluir a mayores de 55 en sus equipos. Según el informe, solo alrededor del 11 % posee programas puntuales de inclusión por edad.

