En una reciente entrevista en El Matutino por Ocho TV, el economista Eduardo Robinson analizó este panorama, advirtiendo que la aparente estabilidad es frágil y depende de factores clave que aún no están resueltos. “Las variables respondieron bien, veníamos de una semana complicada de mucha incertidumbre, pero a la economía le falta solidez”, explicó Robinson. La medida de las retenciones, si bien generó “grandes expectativas”, no es por sí sola un programa económico integral.

Robinson destacó la importancia de estar atentos a los próximos pasos del gobierno, especialmente en el contexto de la reunión del presidente con Estados Unidos. El economista señaló que la duración de este “veranito” está directamente relacionada con un posible “salvataje financiero” o un acuerdo que brinde un anclaje de largo plazo. “Es difícil predecir ese pacto financiero, el mercado es volátil y le falta un anclaje”, afirmó, subrayando que la incertidumbre podría volver a escalar en los próximos días.

Al ser consultado sobre cómo el perfil político-electoral afecta a las cifras, Robinson fue categórico. “Si las elecciones marcaron una derrota hace unos días, el proceso electoral juega su propio partido”, dijo. El mercado interpreta que la presencia de determinadas personas o la posibilidad de un cambio de rumbo político puede alterar las condiciones económicas. Esto significa que el mercado no solo reacciona a las políticas actuales, sino que también descuenta los posibles escenarios futuros.

En resumen, la actual calma en los mercados, aunque bienvenida, es vista por los analistas como un respiro momentáneo. La clave para su sostenibilidad residirá en la capacidad del gobierno para asegurar un respaldo financiero externo y para generar un programa económico con la suficiente credibilidad que pueda sobreponerse a la incertidumbre del proceso electoral. Por ahora, el sector productivo celebra el alivio de las retenciones, pero los ojos de los inversores siguen puestos en el incierto horizonte político y financiero.