En una semana marcada por anuncios de alto impacto, el Gobierno nacional sorprendió con el regreso de una institución que marcó generaciones: el servicio militar. Pero esta vez, el tono es otro. Con formato voluntario, espíritu educativo y objetivos laborales, el Ejecutivo busca resignificar el ingreso a las filas militares, adaptándolo a los tiempos que corren.

El anuncio fue realizado este jueves por el vocero presidencial, Manuel Adorni, en su habitual conferencia de prensa. Allí confirmó que el programa, bajo la órbita del Ministerio de Defensa y en conjunto con el Ministerio de Capital Humano, está destinado a jóvenes argentinos de entre 18 y 28 años. Un dato no menor: hasta ahora, la edad máxima era de 24.

“El servicio militar voluntario vuelve con una mirada moderna, que combina disciplina y formación con capacitación profesional”, señalaron desde el Gobierno, retomando los lineamientos que ya habían anticipado los ministros Luis Petri y Sandra Pettovello.

Más que instrucción militar, la propuesta apunta a ofrecer un entorno donde los jóvenes puedan completar su educación obligatoria, formarse en valores ciudadanos y, al mismo tiempo, capacitarse en oficios concretos. Algunos de los talleres y áreas prácticas que incluirá el programa serán:

La idea no es nueva, pero sí su enfoque. Con la experiencia de modelos aplicados en otros países y la urgencia social por brindar salidas laborales y educativas a miles de jóvenes, el nuevo servicio militar se presenta como una vía intermedia entre el deber cívico y la inclusión social.

Aún restan detalles sobre su implementación concreta, como fechas de inscripción, cupos disponibles o centros de formación. Pero el mensaje político ya está lanzado: el servicio militar vuelve, sí, pero no como lo conocían nuestros padres o abuelos. Llega renovado, voluntario, y con la promesa de ser más que un uniforme.