Thomas remarcó que no se debe minimizar ni invisibilizar la situación:

“Hay que tratarlo como familia. Muchas veces, por las múltiples tareas, no escuchamos, y los chicos atraviesan una crisis donde plantean sus miedos. Debemos ayudarlos a buscar la salida. Todo tiene solución si aprendemos a escuchar al otro”.

La especialista señaló la importancia de prestar atención a los adolescentes, a sus cambios de conducta, mensajes y consumos culturales, en especial las redes sociales, y subrayó que los tratamientos en salud mental son claves para encontrar caminos de recuperación.

Entre las principales causas de frustración en los jóvenes, mencionó las desilusiones amorosas, que para ellos pueden sentirse como una “catástrofe”, y las exigencias académicas y familiares ligadas a mandatos sociales que muchas veces resultan opresivos.

En relación al bullying, explicó que suelen darse situaciones grupales en las que cualquier integrante puede convertirse en líder de la agresión:

“No necesariamente es el más inteligente o el más fuerte, cualquiera puede motivar esa violencia. Por eso es fundamental identificar no sólo a la víctima, sino también al grupo que sufre y se ve arrastrado por la dinámica”.

Finalmente, Thomas destacó el rol de los adultos en este escenario:

“Es muy importante qué imagen transmitimos nosotros. El mensaje hacia los chicos no debe ser violento. Ellos nos miran y aprenden de nuestra conducta”.

Dónde pedir ayuda

El Ministerio de Salud recuerda que las conductas suicidas pueden prevenirse. Existen líneas telefónicas gratuitas y confidenciales disponibles las 24 horas: