Córdoba está acusado como presunto autor de homicidio triplemente agravado, privación ilegítima de la libertad y abuso sexual con acceso carnal, delitos atribuidos en concurso real. El auxiliar de fiscal César Larry, representante de la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Física de Monteros —actualmente subrogada por Diego López Ávila—, presentó su alegato final y fundamentó el pedido de la máxima pena.
Antes de los alegatos, el imputado declaró ante el tribunal. “Yo le he pegado con el ladrillo, su señoría, y no sé qué me pasó por la cabeza al quemar el cuerpo. Perdón a la familia”, expresó. Negó haber cometido abuso sexual y afirmó que estaba construyendo una chimenea cuando arrojó el ladrillo “desde el fondo hacia el frente” del domicilio.
Durante su exposición, Larry cuestionó la versión del acusado y subrayó la evidencia científica que —según detalló— contradice su relato. Mencionó informes de ADN y peritajes del arqueólogo forense para sostener que la niña fue atacada sexualmente y luego asesinada con un ladrillo arrojado de manera deliberada hacia la nuca. “Como necesitaba ocultar lo que hizo, llevó el cuerpo al fondo de la casa, lo prendió fuego y, antes de eso, lo desmembró”, sostuvo el funcionario judicial.
Tras los alegatos, el tribunal resolvió continuar el debate el próximo lunes, cuando se habilitarán los últimos planteos de las partes y se dictará sentencia.
La teoría del caso
El crimen ocurrió el 25 de agosto de 2024 en Río Seco. Cerca del mediodía, Luján salió de su casa, en el barrio Virgen del Rosario, rumbo a una despensa cercana y no regresó.
De acuerdo con la investigación, en el trayecto pasó por la vivienda de su tío, Walter Mateo Córdoba, y preguntó por su prima. Aprovechando la relación de confianza, el acusado la habría hecho ingresar al domicilio y allí la atacó sexualmente.
Luego, siempre según la acusación, le provocó heridas mortales con un ladrillo y trasladó el cuerpo hacia la parte trasera del inmueble, donde intentó incinerarlo. Al no lograr calcinarlo por completo, lo segmentó y ocultó parte de los restos —incluidas las vísceras— en un tacho que cubrió con tierra y una planta.

