El principal impulsor del avance definitivo es el presidente de Brasil, Lula da Silva, quien preside temporalmente el Mercosur y busca lograr una foto conjunta con todos los mandatarios sudamericanos para rubricar el tratado. Inicialmente, la intención de Lula era realizar la firma durante la cumbre de jefes de Estado del bloque en Foz de Iguazú. Sin embargo, ante las tensiones diplomáticas y la resistencia de Milei y del paraguayo Santiago Peña a participar de ese escenario, Brasil decidió modificar el plan.

Lula propuso trasladar la ceremonia del acuerdo a Brasilia y mantener la fecha del 20 de diciembre, mientras que la cumbre del Mercosur se pospondría para el 14 de enero. La Cancillería brasileña ya comunicó la nueva propuesta a Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay, y espera respuestas formales.

Aunque la decisión final no está cerrada, desde Argentina destacan que Milei mantiene una estrecha coordinación con Peña, con quien conforma un nuevo eje regional que podría ampliarse con el flamante presidente boliviano Rodrigo Paz. “Ahora somos tres contra dos”, celebró uno de los colaboradores del mandatario argentino, en referencia a Lula y al uruguayo Yamandú Orsi.

Por ahora, quien presenta mayores reparos para asistir a la firma es Paraguay, que sucederá a Brasil en la presidencia del Mercosur. En Buenos Aires incluso se especuló con una posible sede alternativa en Asunción, pero ese escenario quedó prácticamente descartado.

Mientras tanto, las trabas principales para la concreción del acuerdo provienen de Europa. Si bien todos los países del Mercosur acordaron avanzar, algunos Estados miembro de la Unión Europea —como Francia, Irlanda y Polonia— presionan para incorporar salvaguardas que protejan a sus sectores agroindustriales. “El documento final no va a cambiar”, insistieron desde la diplomacia argentina, aunque admiten que la UE podría sumar mecanismos de protección siempre que no alteren el texto original.

La fecha del 20 de diciembre tampoco es casual. Días antes se reunirá el Consejo Europeo, que debe dar un segundo aval al acuerdo tras la aprobación de la Comisión Europea en septiembre. El Gobierno argentino confía en que la votación avanzará sin obstáculos mayores y que luego la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, viajará a Brasil para participar de la ceremonia con los líderes del Mercosur.

De concretarse, el tratado creará una de las zonas de libre comercio más grandes del mundo, con un mercado integrado de casi 780 millones de personas. Tras más de 20 años de negociaciones intermitentes, diciembre podría finalmente marcar el inicio de una nueva etapa para el bloque sudamericano.