El especialista en docencia Paulo Falcón analizó el escenario y fue categórico: “Estamos ante una crisis educativa. El secundario debería habilitar a las personas a trabajar, votar y continuar estudios superiores. Si no logramos garantizar eso, la Argentina se queda sin futuro”.

Comparaciones preocupantes

Falcón remarcó que el país se encuentra muy por debajo de otros de la región en materia de finalización escolar. “Estábamos orgullosos de la educación que teníamos, pero ahora estanmos debajo de Uruguay o Chile, hoy estamos lejos de esos estándares”, señaló.

Además, explicó que la deserción escolar retrasa el ingreso a la universidad. “Cada vez más jóvenes comienzan sus estudios superiores después de los 20 años. Eso tiene un impacto directo en el mercado laboral”.

Formación, futuro y empleo

El docente advirtió sobre la necesidad de reorganizar el sistema educativo, capacitar a los formadores y diseñar políticas serias para la juventud. También planteó la importancia de entender las dinámicas de la adolescencia para evitar que más estudiantes abandonen la escuela.

“En el mundo está demostrado que quienes tienen más ingresos son quienes cuentan con mayor capacitación y títulos. Esa idea de que se puede tener éxito sin estudiar es pan para hoy y hambre para mañana. Las competencias quedan obsoletas y el que no estudia queda rezagado frente a las tecnologías”, afirmó.

Sin espacio en la agenda política

Finalmente, Falcón cuestionó que el tema no aparece con fuerza en la agenda pública: “Son varios los gobiernos que deben hacerse cargo de los resultados que obtenemos hoy. Lo que estamos viendo es consecuencia de años de falta de políticas sostenidas”.

La encuesta y el análisis del especialista vuelven a poner en primer plano un interrogante clave: ¿qué futuro tiene un país si no logra garantizar la educación secundaria para todos sus jóvenes?