En la última semana, el índice había cerrado el jueves en 901 y el viernes en 906 puntos. Según los datos de JP Morgan Chase, Argentina se ubica actualmente como el segundo país con mayor riesgo de la región, solo detrás de Bolivia (1381). El tercer lugar lo ocupa Ecuador (733). En contraste, los países con mayor estabilidad financiera son Uruguay (74), Chile (106), Perú (133) y Paraguay (137).
El fuerte salto del riesgo país refleja un clima de incertidumbre que encarece el financiamiento, desalienta a los inversores y golpea sectores sensibles de la economía. En paralelo, las acciones argentinas en Wall Street se desplomaron más de 24%. Entre las bajas más significativas se destacaron:
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BBVA (-24,5%)
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Banco Supervielle (-24%)
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Grupo Financiero Galicia (-23,6%)
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Banco Macro (-23,5%)
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Edenor (-20,5%)
Los bonos argentinos también retrocedieron más de 10%, mientras que el dólar cripto operó a $1434. El blue escaló hasta los $1385 y el mayorista cerró en $1409, lo que implicó una suba de $54 respecto al viernes. Los financieros acompañaron con un incremento promedio de 3,5%: el MEP alcanzó los $1434,92 y el CCL los $1439,27.
Las caídas comenzaron desde el premarket, donde los ADR’s argentinos llegaron a perder hasta 17% y los bonos más de 12%. Frente a este escenario, el Gobierno volvió a intervenir en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) en un intento de contener la presión cambiaria, en medio de un menor ingreso de divisas del agro y una creciente demanda de cobertura.
El resultado electoral en la provincia de Buenos Aires, con una contundente victoria de la oposición por más de 13 puntos sobre el oficialismo, profundizó la desconfianza de los mercados y aceleró la volatilidad financiera.
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