El documento, titulado “Sistema alimentario en la Argentina: seguridad alimentaria, dietas saludables y salud ambiental”, remarca que la dieta de los argentinos combina excesos calóricos con déficit de hierro, calcio, vitamina D y otros nutrientes clave, lo que deriva en enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares.

Producción y acceso desigual

Según el análisis, el sistema alimentario nacional está orientado principalmente a granos, aceites y carnes, mientras que frutas, verduras, legumbres y lácteos quedan relegados. Esto encarece el acceso a alimentos frescos, especialmente en sectores vulnerables: 100 calorías de frutas o lácteos pueden costar hasta siete veces más que la misma cantidad de panificados.

Los especialistas advierten además que la Canasta Básica de Alimentos del INDEC no refleja una dieta saludable, ya que los productos nutritivos son en promedio un 37% más caros que el valor de referencia.

El desafío de las políticas públicas

El informe señala falencias en programas alimentarios como Plan AlimentAr o los comedores escolares, que funcionan más como asistencia económica que como políticas de nutrición. También se cuestiona la discontinuidad de iniciativas como ProHuerta, que promovían la producción local de alimentos frescos.

En cuanto al Etiquetado Frontal de Alimentos, vigente desde hace dos años, se indica que su impacto aún es limitado: solo una parte de la población modificó hábitos de consumo.

Llamado a declarar la obesidad como enfermedad crónica

En paralelo, el Congreso debate un proyecto de ley para declarar la obesidad como enfermedad crónica, lo que permitiría darle un abordaje integral desde la salud pública. “La malnutrición no es solo la falta de comida, es sobre todo hambre de calidad”, advirtió la nutricionista Ayelén Borg, coautora del informe.

El estudio concluye que se necesita una estrategia nacional articulada, con incentivos a la producción de alimentos saludables, reducción de impuestos a productos nutritivos y programas educativos que realmente lleguen a escuelas y hogares.