Según informaron las autoridades, tres individuos encapuchados ingresaron al museo a través de una zona en obras, utilizando una plataforma elevadora montada sobre un camión. Accedieron directamente a la Galería de Apolo, una de las salas más emblemáticas, y escaparon a bordo de motocicletas. El museo permanecerá cerrado por 24 horas por razones de seguridad.

El ministro del Interior francés, Laurent Nuñez, calificó el hecho como “un robo importante” y confirmó que los sospechosos están prófugos. “Fue un golpe muy rápido, ejecutado por un equipo experimentado”, señaló.

La ministra de Cultura, Rachida Dati, aseguró que las joyas robadas tienen un “valor histórico y patrimonial inestimable”. Entre las piezas sustraídas se encontraban coronas, piedras preciosas y ornamentos imperiales. Horas después, una de ellas —la corona de la emperatriz Eugenia— fue hallada rota fuera del museo.

Un robo con sello cinematográfico

El atraco ocurrió alrededor de las 9:30 de la mañana, justo en la apertura al público. La banda forzó una ventana de la galería y en pocos minutos rompió vitrinas que albergaban joyas únicas. Luego, huyó en vehículos de dos ruedas, sin dejar rastros.

La Galería de Apolo es una joya arquitectónica de más de 60 metros de largo, con bóvedas pintadas por Le Brun y Delacroix. Allí se conservan las joyas de la Corona de Francia desde 1887, incluyendo el legendario diamante Régent de 140 quilates y la corona de Luis XV de Francia.

La dirección del museo informó que todas las entradas del día serán reembolsadas. “Es fundamental preservar las pistas para la investigación”, explicó el ministro.

La fiscalía de París abrió una investigación por robo organizado y asociación delictiva. El caso está en manos de la Brigada de Represión del Bandolerismo y de la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales.

Reacciones y antecedentes

El alcalde del centro de París, Ariel Weil, se mostró “impactado” y advirtió que este hecho “plantea serios desafíos de seguridad”. Por su parte, el funcionario municipal Ian Brossant recordó que trabajadores del Louvre habían advertido meses atrás sobre la falta de personal de seguridad.

Este robo se suma a una serie de hechos similares en museos franceses. En septiembre, el Museo Nacional de Historia Natural de París sufrió la sustracción de objetos de oro nativo, valuados en más de 600.000 euros. Ese mismo mes, un museo en Limoges fue víctima de un atraco por 6,5 millones de euros.

El Louvre tiene una larga historia de robos célebres: en 1911, la Mona Lisa fue sustraída por Vincenzo Peruggia y recuperada dos años después en Florencia. También en 1983 desaparecieron piezas de armadura renacentista que recién se recuperaron cuatro décadas más tarde.

Con más de 33.000 obras en exhibición, entre ellas la Venus de Milo y la Victoria alada de Samotracia, el Louvre recibe hasta 30.000 visitantes diarios. Hoy, su seguridad quedó en el centro de todas las miradas.