El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán condenó al ex rector de la UNT, Juan Alberto Cerisola, a tres años y seis meses de prisión por ser autor responsable del delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público y coautor del delito de defraudación en perjuicio de la administración pública UNT. También fue inhabilitado de manera perpetua para desempeñarse como funcionario público.

Por su parte, Olga Graciela Cudmani, ex titular de la Dirección de Construcciones Universitarias, fue condenada como coautora del delito de defraudación en perjuicio de la administración pública UNT, a tres años y dos meses de prisión y a ala inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.

El Tribunal también condenó a Osvaldo Venturino, ex Director de Inversiones y Contrataciones, como coautor del delito de defraudación en perjuicio de la administración pública UNT a 2 años de prisión en suspenso y a al inhabilitación perpetua para desempeñarse como funcionario público. Los jueces decidieron absolver por el beneficio de la duda a Luis Fernando Sacca, ex subsecretario de Políticas Administrativas y Gestión.

Por otro lado, Juan Alberto Cerisola y Olga Cudmani deberán abonar la suma de 39 millones de pesos por los daños causados a la Universidad Nacional de Tucumán sobre los precios de obras.

Venturino y Cudmani deberán pagar $717.000 en relación a la readecuación económica financiera de la obra 533. También se anunció que se mantendrá el embargo e inhibición general de bienes, de Cerisola, Cudmani, Venturino y Luis Sacca.

Recordamos que el ex rector de la Universidad Nacional de Tucumán, Juan Alberto Cerisola, habló esta mañana ante el Tribunal Oral Federal en el tramo final del juicio por la causa YMAD. En su exposición cuestionó duramente a la Fiscalía, dijo que se vulneró la presunción de inocencia y defendió su paso por la conducción de la casa de altos estudios.

Cerisola manifestó que nunca imaginó afrontar un proceso penal de estas características y consideró que las acusaciones en su contra “cambiaron de tono con los tiempos que corren”, pasando de figuras como administración infiel a hechos vinculados con corrupción. “No he llegado a entender de qué manera se ha sostenido esa acusación”, señaló ante los jueces.

El ex rector advirtió que se sintió “seleccionado” para estar en el banquillo de los acusados, mientras otras autoridades universitarias de ese período nunca fueron citadas a declarar. “Tengo la convicción de haber sido elegido para esta persecución penal”, expresó.

En otro tramo de su alegato, vinculó el proceso con un riesgo institucional más amplio y alertó que acusaciones sin pruebas “llevan a un país a convertirse en democráticamente inviable”. Aseguró que no hablaba por sí mismo sino “por los conciudadanos que necesitan instituciones justas y sostenibles” y cuestionó la analogía que el fiscal realizó la semana pasada al comparar la causa con los juicios por delitos de lesa humanidad.

El ex rector defendió su trayectoria universitaria y remarcó que su gestión al frente de la UNT dejó como saldo obras, programas educativos y la recuperación de bienes. Enumeró la construcción y refacción de más de 100.000 m² en distintas dependencias, la recuperación de Canal 10 y la creación de la editorial universitaria, entre otros hitos.

“Si me hubieran dicho lo que vendría con este proceso, tal vez habría dicho que no valía la pena ser rector. Pero mirando hacia atrás, siento la satisfacción de haber contribuido a la universidad y de recibir el saludo y el apoyo de alumnos y colegas”, señaló.

Finalmente, afirmó que mantiene la “plena tranquilidad de conciencia” y que confía en que será absuelto, aunque adelantó que en caso contrario apelará “hasta el último día de su vida” para revertir una eventual condena.

Fuente La Gaceta