La marcha reunió organizaciones feministas, colectivos de mujeres y disidencias, familiares de víctimas, estudiantes, gremios y agrupaciones sociales, en una jornada marcada por el reclamo y la memoria.
“Marchamos para visibilizar y para recordar a las que ya no están”
Durante la movilización, la activista tucumana Marta Nasif tomó la palabra y expresó con dureza la preocupación del movimiento de mujeres frente a la situación actual. “Marchamos por la lucha de las mujeres y para recordar a cada una de ellas que ya no están en Latinoamérica. Esta marcha es para visibilizar este tema y conmemorar a las que mueren día a día. Denunciamos el desastre de este gobierno para defender nuestros derechos”, afirmó Nasif ante la multitud.
Sus palabras sintetizaron el espíritu de la jornada: memoria, reclamo y un llamado colectivo a sostener las conquistas alcanzadas en materia de género.
Un reclamo que atraviesa todo el país
La movilización en Tucumán se sumó a las protestas realizadas en distintas provincias argentinas, en un contexto en el que la violencia de género sigue ocupando un lugar crítico en la agenda pública.
Según los datos de los últimos informes nacionales sobre femicidios, en Argentina se registra una mujer asesinada cada 32 horas, siendo la mayoría de los casos cometidos por parejas o exparejas. Cada año, decenas de niños y niñas quedan huérfanos como consecuencia de estos crímenes.
Organizaciones sociales señalaron que la reducción de presupuestos en áreas de género y la falta de políticas de protección ponen en riesgo a miles de mujeres que buscan ayuda en el sistema estatal.
Memoria y exigencias
En la lectura del documento final, las organizaciones subrayaron la necesidad de:
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Reforzar políticas de prevención y asistencia.
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Garantizar el funcionamiento eficaz de la Línea 144 y los dispositivos de protección.
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Declarar la emergencia en violencia de género.
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Acompañar a las familias de víctimas y asegurar celeridad judicial en los casos de femicidio.
Velas, pañuelos violetas y carteles con nombres e historias de mujeres asesinadas formaron parte de una marcha que combinó dolor, denuncia y resistencia.
